domingo, 1 de marzo de 2009

SOBRE CRÍTICA Y ARTE DIGITAL. 1


Algunos comentarios sobre textos de Alberto Mangel

Estimados lectores de "En torno a las artes", este año 2009 doy inicio a estas reflexiones con un ciclo destinado a plantear la necesidad y simultánea dificultad de abordar las producciones digitales de intención artística desde la perspectiva de 'la crítica de arte'.

Puede parecer insensato reunir esos dos mundos de por sí complejos vistos de manera separada. Sin embargo el propósito de estos textos, que iré instalando en "EN TORNO A LAS ARTES", es mostrar que esta última -no final- etapa de la continua mutación del arte aun siendo elaborada en un soporte como el soporte digital presenta flancos y perfiles que la vinculan con los grandes problemas de la tradición artística.
Pero 'familiaridad' no significa 'identidad'. El arte de soporte digital presenta sus propios conceptos y por eso contiene sus propios conflictos.

Comenzaré, entonces, trazando algunas líneas relativas a la esfera de la crítica.


He separado tres fragmentos escritos por Alberto Mangel en su libro
En el bosque del espejo. La selección tiene por finalidad mostrar cómo una misma idea puede presentarse en manifestaciones diversas. Diversas en apariencia.



El Mozart que se escucha en el Carnegie Hall no es el mismo que se oye a la puerta de un campo de concentración; son dos experiencias diferentes, dos entidades diferentes, como el Cielo y el Infierno. Y a cualquiera de ellas el viajero llega solo, cualesquiera sean las circunstancias del viaje, no importa cuántos lo hayan precedido. (…)




(Imágenes tomadas





de:http://www.nyc-architecture.com/MID/MID094.htm)










(Imágenes tomadas de: http://images.google.com/Dachau)

Cada experiencia artística (musical o de otra especie) es única. Es única ante todo por dos motivos: porque el contexto o ambiente influye en el tipo y calidad de la experiencia, cada vez y genera cada vez experiencias distintas. Es única, además, porque cada individuo, cada persona de las que constituyen el público potencial histórico, es un individuo único en cuanto a su experiencia. Lo es con independencia de la historia que le antecede, aun de su propia historia personal, si quisiéramos llevar al extremo la afirmación de Mangel.

Lo mismo que los museos, nosotros, los espectadores, estamos hechos de historia y geografía, y de la historia y la geografía forman parte las etiquetas, aun si el significado cambia según las manos que las colocan. Digamos que la labor de despegarse de esas etiquetas no es solo difícil; es imposible. Digamos que historia y geografía no solo son las sustancias de que estamos hechos, sino las sustancias de que están hechas las obras de arte. Digamos que las etiquetas son intentos de leer esa historia y esa geografía. (…)

¿Estamos hechos de historia y geografía porque somos de algún modo nuestra geografía y nuestra historia y a la vez somos únicos en cuanto a la historia y la 'geografía' de nuestras experiencias artísticas? Las obras de arte ¿están hechas de historia y geografía y a la vez trascienden su geografía y su historia en la singularidad que encarnan y representan?

Voy hacia una obra de arte con mi bagaje histórico y geográfico, pero el bagaje que llevo no cesa de cambiar y casi todas las veces me permite ver en la obra algo más, algo nuevo. Por eso no confío en las etiquetas. Una obra de arte no contiene en sí misma juicio alguno.

El receptor de arte cambia en sí mismo todo el tiempo -como individuo situado en el tiempo-espacio que es- y la obra de arte se convierte en un calidoscopio de sí misma gracias a las renovadas miradas del espectador. Y por eso mismo
no contiene en sí misma juicio alguno.

¿Cómo pueden ser esas arenas movedizas la base sobre la cual se edifique la crítica de arte?
La cuestión es qué se edifica y qué materiales lo componen. Es interesante al respecto la experiencia de los países sísmicos en cuanto a construir sobre pilares móviles, fundaciones de gran plasticidad susceptibles de moverse con el movimiento telúrico.




Imagen tomada de: http://www.revistatc.com/?cat=168

(Capítulo “La musa en el museo”, de En el bosque del espejo. 2001. Grupo Editorial Norma)