viernes, 21 de marzo de 2008

CICLO ¡ARTE SÍ! La utilidad del arte (2)



Estimados lectores de En torno a las Artes. Este es el segundo de los textos dedicados a recordar valores intrínsecos de la relación humana con el arte, encarada desde aspectos educativos. Quiere ser una contribución de En torno a las artes, a los análisis críticos que se desarrollan en estos días respecto de la Educación en Chile. El presente trabajo busca respaldar la importancia de la educación artística desde un ángulo cuyo perfil no es específico. Me refiero a que en lugar de insistir en lo que puede encontrarse en el arte como fenómeno cultural desarrollado por adultos, el arte en su estatuto cultural, voy a centrarme en la utilidad del arte para la madurez general de la persona. Con el énfasis puesto en que esa utilidad del arte, así descrita, debiera comenzar a gestarse en la infancia.

¿Por qué inmiscuir el tema de la utilidad, aparentemente prosaico, en un asunto que siempre se encuentra rodeado de un halo de poesía y espiritualidad? ¿Qué tiene que ver el arte con la utilidad, si descontamos, por ejemplo, a la arquitectura como arte?
La respuesta no va por el camino de la amplitud con que se entiende el arte hoy, cuando se incluye dentro del campo artístico al diseño de vestuario (la moda), el diseño de objetos de uso doméstico, que pueden ser exhibidos en un museo de arte, como efectivamente ocurre… La respuesta posible va por el lado de aquello que las diferentes artes pueden brindar como utilidad para la plenitud de la persona. Una plenitud útil (insisto en el término) para la persona humana aun cuando su vida se desenvuelva en campos profesionales no artísticos.
Dicho de otro modo, la práctica de la experiencia de las artes durante su infancia le será útil a quienes se desempeñen como empleados de comercio, médicos y paramédicos, economistas y contadores, ingenieros y arquitectos, programadores informáticos… en puridad la enumeración debiera abarcar a los diferentes oficios que se ponen en práctica en una sociedad.
He leído un extenso artículo de una educadora mexicana, se trata de: “El arte: factor determinante en el proceso educativo”, de Bertha Lorena Vera Verján quien es además educadora artística de niños. Los lectores pueden encontrar el texto completo en el sitio: http://educacion.jalisco.gob.mx.
Ha sido un texto motivador respecto de la utilidad del arte como fenómeno en la sociedad. De modo que si nos preguntáramos ¿para qué sirve educar en las artes, cuál es el objeto de mantener los cursos de arte en las escuelas? ¿por qué invertir fondos en la educación de las artes en individuos, los niños, que van a sustentar su vivir, tal vez en un 99%, a partir de otras profesiones? Una respuesta posible proviene, a mi juicio, de las siguientes consideraciones.

Retorno a la pregunta sobre la utilidad de la educación artística. ¿Cuáles son los componentes cruciales de ese desarrollo de utilidades? A grandes rasgos, se han estudiado las influencias de las prácticas artísticas en lo cognitivo, en lo psicomotriz, en lo socioafectivo. Si nos detenemos a pensar en esas áreas, señaladas por la educadora Vera Verján, notaremos que abarcan tres pilares de la configuración antropológica: el conocimiento, la corporalidad con sus posibilidades operativas, las emociones y el sentido de lo social. Aun sin avanzar más, esos tres rangos de fenómenos integrados son más que suficientes para justificarlo.

¿De dónde nace esta justificación? Es posible que la práctica de las artes sea la única actividad humana que compromete a la persona como un todo, es decir, en los tres rangos antes mencionados, fuertemente integrados. Si la meta antropológica es la presencia de sociedades de individuos equilibrados, donde la hipertrofia de alguno de esos aspectos no sea tónica mayoritaria, la experiencia temprana de práctica artística debiera contribuir a lograrlo. Esta práctica, con independencia de los logros y resultados estéticos, estimula a pensar, a ejercitar aspectos de la corporalidad, a generar y disfrutar con emociones no autistas, sino individuales y sociales a la vez.

Es momento de incorporar a la reflexión presente un componente, vinculado con las artes de modo superlativo. Me refiero a la creatividad. La creatividad no es asunto exclusivo de las sociedades adheridas a los ideales de la modernidad en el siglo XX, para las cuales el cambio y la forzosa creatividad implicada en el cambio, eran estandartes, aun consignas de barricadas. También en las sociedades de tipo tradicional, las llamadas sociedades arcaicas, donde el cambio no es un valor primordial (sino que lo es, en sentido profundo, la repetición de tradiciones), la creatividad se manifiesta en la capacidad de generar objetos de culto para reforzar las tradiciones. Es de sentido común reconocer que una acción creativa, en el dominio que sea, es más gratificante y proporciona mayores recompensas psíquicas, comparada con una acción mecánica y rutinaria.

Detenerse en uno de estos conceptos conduce fluidamente a buscar otros, y el hecho que no se basten a sí mismos como fenómenos explicativos, hace más potente el conjunto. Con esto estoy significando, aludiendo, a la importancia de la creatividad más allá de sí misma. Por ejemplo, desde el punto de análisis de la actividad neuronal, la creatividad es un factor de reforzamiento de la salud. Actividad neuronal es salud neuronal, es lo que exponen neurobiólogos.
En las universidades de Drexel (John Kounios) y Northwestern (Mark Jung-Beeman), USA, investigadores detectaron los patrones cerebrales de ceratividad por intermedio del procedimiento conocido como resonancia magnética. (Fuente de abril 2006): http://www.tendencias21.net/
Lo interesante es que diferentes tipos de pensamiento -analítico, intuitivo, imaginativo, creativo- generan diferentes patrones y que el sujeto puede ‘predisponerse’ a ello. Una de las características es la concentración ‘hacia adentro’ como la denominan. Incluso se ha comprobado que un pensamiento creativo y un pensamiento mecánico se originan en diferentes zonas del cerebro.

Rescatemos de esta sumaria información que:
1. se puede entrenar la creatividad,
2. es ese entrenamiento lo que permite precisamente la predisposición del sujeto a resolver problemas de distinto tipo ‘creativamente’.

¿No tenemos aquí un argumento más (un potente argumento) que apoya la importancia de mantener la práctica y educación por las artes en las escuelas? Queda la pregunta abierta… para ser profundizada en la próxima comunicación.

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